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La persecución continúa


La Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte se obceca con el Deportivismo, especialmente con Riazor Blues, el alma del Dépor, grupo al que tachan de “radical y violento”.

En esta ocasión ha acordado proponer una sanción de 30.000 euros al club coruñés con el motivo de «permitir que sus integrantes (Riazor Blues) introdujeran en el interior del estadio y mostraran en la grada donde se ubican habitualmente, una pancarta de grandes dimensiones con el nombre del grupo, junto con otras banderas y pancartas de menor medida, sin haberlo notificado antes a la Policía con ocasión del partido». El tifo de Riazor Blues fue desplegado en el último partido de la temporada, contra el Real Madrid.

El comunicado también señala que «Antiviolencia recuerda que los integrantes del grupo han participado en numerosos incidentes violentos durante la presente temporada 2015-2016, así como algunos de sus miembros han sido sancionados en virtud a la Ley del Deporte, tal y como ha sido comunicado al Deportivo de La Coruña por parte de esta Comisión».

No es la primera vez que Antiviolencia se empecina con los Blues, pues hace menos de un mes salió la noticia de que el club herculino sería multado, al igual que en esta ocasión, con 30.000 euros por prestar apoyo al grupo ultra en la compra de entradas y desplazamiento para el derbi gallego disputado en Balaídos.

¿Por qué tiene lugar esta malintencionada, injusta y disparatada persecución?

Para responder a esta pregunta debemos remontarnos al 30 de noviembre de 2014, en los aledaños del Vicente Calderón los asesinos y fascistas hinchas del Atlético de Madrid pertenecientes al Frente Atlético realizaron una emboscada a integrantes de Riazor Blues en la que desgraciadamente Jimmy perdió la vida.

Desde entonces, el presidente de la LFP, Javier Tebas, en lugar de sancionar junto a Antiviolencia a los culpables de dicho asesinato optaron por comenzar una persecución hacia los ultras del resto de equipos, obviamente me refiero a grupos ultras antifacistas como el propio Riazor Blues, Biris Norte, del Sevilla o Bukaneros, del Rayo Vallecano; ya que este corrupto presidente de la liga perteneció en su día a Fuerza Nueva, una publicación de extrema derecha. Tebas, aunque ya no pertenece a la susodicha, confesó recientemente en una entrevista que se sigue sintiendo identificado esa ideología. He aquí la respuesta a la pregunta, por eso, mientras los asesinos fascistas de Frente Atlético continúan sin sanción, los grupos antifascistas están siendo víctimas de esta obstinada persecución.

Pese a esto no conseguirá vencernos, como bien dice el comunicado difundido por Riazor Blues hace varias semanas, el fútbol sin hinchas es nada ya que eso es verdaderamente la esencia del fútbol. Solo queda mantenerse firme, seguir luchando y no rendirse nunca porque el deportivismo unido jamás será vencido.

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